Una obra de Jason Stefaniak y Siobhan O’Loughlin
Éste es mi cuerpo; hago lo que quiera con él.
Éste es mi cuerpo; yo tomo mis propias decisiones.
Éste es mi cuerpo. Lo utilizo como un lienzo: tatuarlo, decorarlo, hacerle piercings.
Tomo medicina si quiero y sólo me someto a los procedimientos medicos que yo elija.
Como lo que quiera; hago ejercicio por salud; me visto como a mí me guste.
Me enamoro, me acuesto y me caso con quien yo elija.
Yo decido cuándo y cómo ser madre.
Éste es mi cuerpo, no el tuyo.
Estas decisiones no tienen nada que ver contigo. Si no te estoy haciendo daño ni impidiendo tu derecho inherente a la búsqueda de la felicidad, entonces no te conciernen. Éste es mi cuerpo, no el tuyo.
Casi una de cada ocho mujeres en los Estados Unidos padecerá cáncer de mama, el tipo de cáncer más invasivo para las mujeres en todo el mundo.
Sea negra o blanca, rica o pobre, gay o hetero, soltera o casada, con formación o sin ella,
tengo derecho a que me hagan pruebas de detección para este asesino de mujeres,
vaya yo a mi médico o confíe en los servicios de clínicas como las de Planned Parenthood.
Y tus deseos de que no se financien abortos no tienen nada que ver con mi derecho de defenderme del cáncer.
Éste es mi cuerpo, no el tuyo.
Si elijo acostarme con alguien, tengo derecho a anticonceptivos y a no ser objeto de insultos humillantes que jamás querrías que dirigiesen a tu hija o a tu madre. Que busque el orgasmo no es antinatural, peligroso, alarmante, ni una violación de tu libertad religiosa. Mi actividad sexual existe para hacerme bien a mí, no a ti. Y no es nunca culpa mía si me violas. Se acabó el que se me excluya de decisiones sobre mi salud sexual y reproductiva. Éste es mi cuerpo, no el tuyo.
Yo determino quién y qué se introduce en mi vagina. Y cuándo. Yo tomo todas las decisiones sobre mi embarazo. Voy a recibir atención prenatal, estés de acuerdo o no con las decisiones que tome en base a dicha atención. Tengo derecho al aborto. Sin tener que afrontar intimidación, acoso, cargas en leyes de consentimiento paterno o impuestos perniciosos. Si decido tener un aborto, no voy a someterme a procedimientos innecesarios e invasivos para tu edificación personal moralista. Tengo derecho a que toda la información médica me la dé mi médico. Y permitir que me penetren una vez no te da derecho a hacerlo otra vez por tus propios motivos. Éste es mi cuerpo. No el tuyo.
Es hora de aceptar que soy consciente, capaz y responsable de mí misma.
No necesito un héroe ni que me salven porque no estoy en apuros. No me define mi necesidad de un hombre o una pareja; pero tengo derecho a que me haga feliz en una relación segura y leal.
No me definen mi pelo; mi peso; el color de mis ojos; mi maquillaje; mi talla de sostén; mi color de piel.
No estoy aquí para ser tu juguete sexual. No voy a quedarme callada. No voy a esperar mi turno. No voy a hacer caso a. Conozco mi fuerza física y mental, y no te tengo miedo.
Soy bella a pesar de lo que pienses, con tu beneplácito o sin él. Éste es mi cuerpo, no el tuyo.
Éste es mi cuerpo.
Ya he tenido bastante de legisladores diciéndome qué hacer con él. Guárdate esos insultos obscenos, sexistas y agresivos. Éste es mi cuerpo. Tengo derecho a casarme con quien elija: mujer u hombre.
A cobrar lo mismo.
A la sanidad.
A la educación.
Al divorcio.
A la seguridad.
A protección por ley.
Al respeto y la dignidad.
A la igualdad completa.
Éste es mi cuerpo. No es tuyo.
Que no te dé miedo un mundo en el que las mujeres se conocen a sí mismas. Su voz. Su poder.
Ese mundo ha llegado.
Texto en español tomado de la página de Facebook: This is my body
This Is My Body from Jason Stefaniak on Vimeo.
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