Gratitud,
que sea la primera cosa que recordamos (*)
Estoy
segura de que sabes que los sentimientos centrados, como la gratitud y la
apreciación, pueden traer cambios psicológicos benéficos para tu cuerpo en un
tiempo muy corto. Pero ¿sabías que practicar la gratitud y la apreciación te
puede hacer más saludable, inteligente y brindarte más energía?
Después
de muchos años de estudiar la gratitud, Robert A. Emmons, profesor de
psicología de la Universidad de California, encontró que las personas que
practican la gratitud diariamente (por ejemplo, escribiendo un diario de
gratitud), reportaron niveles más altos de atención, entusiasmo, determinación,
capacidad para estar alertas y energía, que aquellas personas que no lo
hicieron.
Recuerdo
que hace años mi padre me dijo: “La gratitud es la primera cosa que olvidamos”.
He sido testigo de esto muchas veces en mi propia vida, incluso lo he observado
en personas que se denominan muy espirituales. Con la intensidad y los niveles
de estrés del mundo actual, es fácil olvidar dar las gracias. Pero como todos
estamos conectados, esto tiene muchas más implicaciones de las que te imaginas.
Imagina
que 1,000 personas que usualmente son negativas o críticas practicaran la
gratitud y la bondad, al menos por un día. El efecto dominó alcanzaría a
cientos o miles de personas y, literalmente, reanimaría a un sinnúmero de
individuos.
1.
Crea piedras de toque que expresen gratitud.
Escribe tus recuerdos favoritos o
las experiencias más memorables de tu vida en tarjetas, tenlas a la mano como
piedras de toque. Aquí tienes algunos ejemplos: Tu pareja, tu hijo/a dormido,
un hermoso lugar en la naturaleza, tu mascota favorita, un viaje emocionante,
un momento especial con un amigo/a.
2.
Escribe una lista de todas las personas en tu vida hacia las que sientes
gratitud.
¿Quién te ayudó o brindó apoyo este año? Empieza con los más sencillos,
como la familia, los amigos, colegas de trabajo, el personal del lugar favorito
en el que te gusta comer, asesores cercanos. Deja que la lista crezca
orgánicamente.
Al
imaginar a personas “menos relevantes” en tu vida, como la persona que atiende la
fila de atención al cliente, o la persona que casualmente te sonrió mientras
estabas en tu café favorito, te sorprenderás de todo el apoyo y respaldo que
tienes en la vida.
Nota:
Puedes realizar el mismo ejercicio enlistando las cosas que agradeces. No
olvides las cosas que solemos dar por hecho como el techo, la electricidad o el
agua limpia.
3.
Valórate por todo lo que eres y todo lo que haces.
Toma un momento para
observar a la distancia todo lo que has logrado desde el año pasado (puedes
hacer este ejercicio para analizar períodos más cortos). Un diario es una buena
estrategia para registrar este tipo de información. El objetivo es actualizar
tus “circuitos de autovaloración” de manera regular y genuina. Es muy fácil
tener una actitud negativa. No te hagas eso a ti misma/o.
Ahora
mismo, desde el corazón, reconoce todas tus cualidades, las cosas que has
logrado este año, y las formas positivas en las que has crecido. Reconoce las
formas en las que tu presencia en este planeta ayuda y brinda soporte a otras
personas.
Al
practicar la gratitud por un tiempo corto, como 15 o 20 segundos, puedes disminuir
el estrés hormonal, oxigenar cada una de tus células, y armonizar tu ritmo cardiaco
con el ritmo del resto de los sistemas de tu cuerpo.
Si
todo eso sucede si te concentras por 15 o 20 segundos en algo que te brinda placer,
bienestar, o un sentimiento de gratitud, imagina lo que le sucedería a tu salud
–y al mundo entero- si fuéramos capaces de cultivar y expresar gratitud y
apreciación con regularidad. Es algo muy poderoso.
(*) Texto de C. Northrup, publicado en su blog el 11 de noviembre de 2013. Traducción por Morgana, del colectivo de La Carpa Roja. El texto original lo encuentras aquí.
(*) Texto de C. Northrup, publicado en su blog el 11 de noviembre de 2013. Traducción por Morgana, del colectivo de La Carpa Roja. El texto original lo encuentras aquí.
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